"¿Puede el hombre hacer sus propios dioses? ¡Entonces esos dioses no son verdaderos!"
(Jeremías 16:20)

Los dos lavamientos inaugurales del Reino venidero.



En Joel 2:28 se nos relata la limpieza final de la “casa de Israel” y la restauración definitiva de su memoria nacional:


»Después de esto derramaré
mi espíritu sobre todo ser humano,
y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas;
vuestros ancianos soñarán sueños,
y vuestros jóvenes verán visiones.


De este modo serán limpios definitivamente de todas las inmundicias que cargaron en su largo deambular entre las naciones aun luego de que su corazón fuera regenerado por el lavamiento del Espíritu.

Y en Zacarías 12:10 se nos habla de la limpieza de la “casa de Judá”:


“Y derramaré sobre la casa de David,
y sobre los moradores de Jerusalén,
espíritu de gracia y de oración;
y mirarán a mí, a quien traspasaron,
y llorarán como se llora por hijo unigénito,
afligiéndose por él como quien se aflige
por el primogénito.”


Estos dos lavamientos del Espíritu vivificante: el de las multitudes de Efraín y el de “la Casa de David y los moradores de Jerusalem” - que es Judá - consagrarán definitivamente al ISRAEL DE DIOS del reino venidero, como el pueblo santo que habitar una Sión restaurada y llena de gloria.

Y habrá entonces “nuevos cielos y nueva tierra en donde mora la Justicia” – “YaHVéH Justicia Nuestra” - la única esperanza de paz para las naciones.


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