"¿Puede el hombre hacer sus propios dioses? ¡Entonces esos dioses no son verdaderos!"
(Jeremías 16:20)

Mesías de Israel, Señor de todos.



En el año 722 A.C. el emperador asirio Sargon II completó el destierro del "Reino de Israel" profetizada por Oseas y Amos (Oseas 9:3). Los asirios instalaron primeramente a los cautivos "hijos de Israel" en "Halah, en Habor, junto al río Gozan, y en las ciudades de los medos" (2 Reyes 17:6; 18:11). Esto es la frontera norte/noreste del Imperio Asirio de entonces. Y vale recordar que los asirios llamaron a los cautivos con un nombre que despistó a los historiadores por mucho tiempo: "hijos de Omri”. Esto es muy diferente al nombre registrado en la profecía: "hijos de Israel"/ "casa de Israel"/"Efraín".


Y así, con nombres distintos a los del registro bíblico, la mayor parte de los pasajes del AT quedaron sin aparente respaldo histórico hasta que el descubrimiento del obelisco negro de Salmanasar III, en el año 1842, dio la pista del nombre con el cual la historia había registrado a la "descendencia de Israel" entre las naciones: “hijos de Omri”.


A partir de esta cautividad de los "hijos de Israel" en el norte/noreste de Asiria, y su posterior migración a los "cuatro vientos" de la tierra, la simiente de Abraham fue "zarandeada" y "mezclada" entre las naciones de modo que todas ellas acabarían entrando en el Plan de Redención de la "casa de Israel" cuando a ella le fue extendida la misericordia de YaHVéH y le fue enviado las buenas noticias/ evangelio del Reino por medio de los apóstoles. De este modo el Mesías de Israel se convirtió en el "Señor de todos" (He.10:36) los que, con independencia de su origen o raza lo recibieron en su corazón.



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